Ríos de tinta se escribieron sobre el pase de la candidata al PARLASUR por UNA, Mónica López de FR al FPV, lo cierto es que mucho de lo que se dijo deja ver claramente el concepto que se tiene, y que las propias mujeres tienen de sus pares, las mujeres en la política.
Mónica López, actual diputada provincial, se fue del FR hacia las filas del sciolismo y despertó la polémica. Sus, ahora, ex compañeros de partido dicen cosas como “no es bueno que gente con esos desequilibrios participe de la política porque ese debe ser un ámbito para dirigentes que tengan verdaderos motivos de lucha y que estén realmente preparados para ocupar un lugar de representación ciudadana” (Fernanda Gil Lozano) o la ironía por demás misógina y con poca identificación hacia sus congéneres deslizada por Marcela Durrieu quien sostuvo que Karina Rabolini “le debe haber prometido a Mónica López comprarle zapatos”.
Pero mención aparte merecen aquellos periodistas que cuestionaron al esposo de la diputada López, el jefe de bloque del FR en Diputado, Alberto Roberti, a quien le cuestionaron como fue que “no pudo controlar a su esposa”.
Lo cierto es que, aún cuando se pueda no acompañar este tipo de cambios sobre la hora y que no parecen tener la consistencia ideológica que se espera de los dirigentes políticos, tampoco aporta demasiado aquellos que ahora salen a “patear al muerto” como la misma Fernando Lozano, que ahora se quedaría con la candidatura al PARLASUR y que expresó que a Mónica López jamás le conoció “ninguna propuesta ni proyecto que demostrara su compromiso con ninguna problemática de interés común, demostrando su falta de convicciones no sólo dentro del espacio político, sino también con la sociedad”.
Mientras tanto la ex candidata del FR expresó que “Es muy misógino el Frente Renovador, más allá de (Marcela) Durrieu, que sacó 9 puntos en San Isidro, no tenés mujeres en el espacio. Hay mujeres legisladoras porque tenés que llenar el cupo, pero no hay mujeres que salgan a la visibilidad pública, y cuando salen lo hacen para dar cachetazos”
Por ahora, resta ver como se acomodan las fichas en el tablero para los próximos 22 días hasta las elecciones nacionales. Seguramente, desde el massismo adoptarán la vieja práctica de echar al que ya se fue por su propio pie, ya se sabe que en la política reconocer que se perdió a un dirigente es pecado mortal y por ello recurrirán, tal como lo sospecha Roberti, que para no quedar mal parados, apuran un comunicado informando que tal dirigente ha sido apartado de sus filas.
La frase que destacamos de todos lo leído sobre el tema es la que deslizó la misma Mónica López “No hay peor detractora política de la mujer que la mujer misma, es lamentable”.