Por Martin Sabadini para Abogados de Radio
El cultivo de la paciencia, más allá de parecer una frase zen, es un arte que no todos pueden llevar a cabo en estos tiempos, así la semana política trajo como sorpresa la ganancia del paciente.
Daniel Scioli supo esperar y soportar con estoicismo el embate interno y externo, para según los dichos de su círculo íntimo, elegir a su compañero de fórmula el “Chino” Zanini (elaboración poco creíble, pero es lo que se ha declarado) mientras que la presidenta bajó al líder de la “florería”, para precipitar el portazo del flaco Randazzo, quien prefirió dejar toda candidatura, desoyendo la sugerencia de Cristina sobre una candidatura en la Provincia de Buenos Aires.
Hasta aquí todo el movimiento del oficialismo.
Palabras aparte merece la poca capacidad de reacción de la oposición, que en un viernes frió, quedó reflejada en las idas y vueltas del PRO, con un Macri que recurre y trae al ruedo a Michetti, a quien públicamente le bajó el pulgar para la Ciudad, para convertirla en su vice; baja a Ritondo de la Provincia de Buenos Aires (parece que le pidió el DNI y venía flojo de domicilio) para subir a un desconocido radical, que primero sonó vendría por el lado de Chascomús con Gobbi pero finalmente fue para Salvador, provocando el festejo de los hombres de la boina.
Mientras tanto Lilita Carrió amenaza con romper con todo e ir por su cuenta, dinamitando una vez el armado opositor, Stolbizer dice estar cómoda con una candidatura testimonial y de Massa, bueno, de Massa no se sabe mucho más.
Si con estos movimientos espasmódicos se pretende gobernar un país, poco margen le queda al votante nacional.